DEspues de desaparezer del bosque volvi a sentir debajo de mis pies la tierra, abri mis ojos, ya nos encontrabamos en el hogar de Honey, una bella residencia de grandes jardines que amornizaban con la luz de la tarde, la construción era de un estilo barroco, muy bella y grande, acaricie la cabeza rubia y con unas palmadas indique que abriera los ojos. - Honey, querido, hemos llegado, dime, ¿sabes que le falta a esta casa para que sea perfecta? - le pregunte con expresión seria pero mirandolo a sus ojos, el pequeño me veia confuso, pensando en la respuesta, solamente sonrei para despues dejarlo en el suelo y soltarlo - no te preocupes por contestarme ahora, eso podra esperar mejor entremos, tus padres deben saber de tu llegada - le ofreci mi mano para caminar a la entrada.